Rectificar es de sabios
Nunca es tarde para cambiar algo que no te convence. Esas palabras deberían estar grabadas a fuego en la mente de cualquier escritor. No es fácil admitir que tu novela no es tan buena como debería serlo, exige un nivel de autocrítica enorme, pero tiene su recompensa. Con la publicación de "La Fábrica de dioses", sabía desde el principio que la portada tenía grandes fallos de diseños. No es que no lo quisiera solucionar, simplemente la inversión de tiempo por mi parte había sido tan grande, que se sentía como una derrota volver a empezar desde cero. Llevo un tiempo dándole vueltas, a medida que avanzo con el siguiente volumen y me convence, tengo claro que es necesario rediseñar la portada. Posiblemente recurra a alguien más experto en esos temas, quizás vuelva a intentar un diseño propio, pero lo que es seguro que es hora de rectificar y ponerse de nuevo manos a la obra. Nunca es demasiado tarde para rectificar.